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¿Qué es el florecimiento?
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Aquí te enseñamos a desarrollarte y lograr plenitud día a día
¿Recuerdas algún momento de tu vida en el que te sintieras pleno, en donde estabas haciendo uso completo de tus capacidades, en donde tus habilidades pudieron cumplir con las tareas presentada y te sentiste altamente satisfecho, incluso cuando las cosas iban mal, fuiste capaz de salir adelante?
Recordando el concepto P.E.R.M.A, el cual corresponde a un acrónimo en inglés que hace alusión a las distintas dimensiones que una persona debe desarrollar en su vida para auto percibirse altamente satisfecho y pleno.
En este caso, haciendo referencia al primer punto, cuando hay un balance positivo en los distintos aspectos de la vida en general y hacemos uso de nuestros recursos personales a plenitud, estamos hablando de Florecimiento.
Quizás esta palabra puede sonarte un tanto “mística” por la connotación social que podría tener, sin embargo, hay un amplio respaldo científico qué le quita ese prejuicio “new age” atribuido.
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[vc_row][vc_column][vc_row_inner][vc_column_inner][vc_single_image image=”5637″ img_size=”full” alignment=”center”][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_empty_space][vc_row_inner][vc_column_inner][vc_column_text]Martin Seligman, investigador de la Universidad de Pensilvania, ha estudiado los distintos factores que inciden en las personas para que tengan una vida plena. Utilizó el término “florecer”, indicando a todos aquellos sujetos que presentaban un balance positivo en las distintas dimensiones del constructo P.E.R.M.A.
Más allá de este balance positivo, Seligman detectó que para poder florecer, es necesario el uso constante de distintas habilidades o fortalezas, que nos llevan a la acción concreta y que por consecuencia afectan positivamente en nuestras vidas.
No evitar lo inevitable, aceptar la adversidad.
Cuando hablamos de hacer frente a la adversidad, no se trata de no tener emociones negativas en el día ni evitar momentos de dificultad, sino en cómo percibimos dichos momentos, abordándolos con otro lente.
En primera instancia debes entender que nadie posee un completo control sobre los acontecimientos de su vida. Sin embargo, hay un aspecto del que podemos hacernos responsables y controlar de forma consciente: nuestros pensamientos.
Seligman entrega pequeños pasos para hacer frente a estas instancias considerando tres conceptos: nuestras creencias, adversidades y consecuencias.
“Las creencias sobre una adversidad (y no la adversidad misma), la que causan las consecuencias de cómo nos sentimos”
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[vc_row][vc_column][vc_empty_space][vc_row_inner][vc_column_inner][vc_single_image image=”5638″ img_size=”full” alignment=”center”][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_empty_space][vc_row_inner][vc_column_inner][vc_column_text] Este es un punto crucial para poder hacer frente y manejar nuestros sentimientos, puesto que las emociones no dependen sólo de lo que nos ocurre, sino de cómo lo interpretamos. Del punto de vista práctico: Hay que darse el momento de reinterpretar “lo malo” y entregarle una “nuevo significado”, verbalizando o reflexionando sobre la nueva interpretación.
Entonces, cuando estés sometido a adversidades, recuerda que puedes dar un paso atrás para poder percibir las situaciones como nuevas y establecer una nueva creencia, de esa forma cambiarás el cómo te sentirás después.
Perseverancia y Tenacidad.
Al momento de pensar en nuestros logros y de los demás, tendemos a atribuirlo al talento. Sin embargo, el talento por sí solo no llega a ningún lugar. La dedicación y la autodisciplina, tienen mucho más que ver con esto. Por ejemplo, si vemos a grandes deportistas de elite como, Cristiano Ronaldo, Roger Federer, Alexis Sánchez, Tomás Gonzales, entre otros; podemos apreciar el talento natural que ellos tienen en sus disciplinas, es entonces que nos comenzamos a cuestionar ¿A qué se deben sus logros?, ¿Son casualidad? ¿Es solo talento?
Lo que explica principalmente la potencial capacidad de logro de estas personas es la cantidad de tiempo que le dedican a sus actividades de forma deliberada desde que eran niños. Según Roy Baumeister, la autodisciplina es el principal factor que puede llevar al logro a las personas, aunque existe un nivel más en donde esta autodisciplina y perseverancia sumadas a altos niveles de motivación pueden ser llevadas a un nivel de performance aún mayor, la tenacidad.
Cuando las personas cultivan la tenacidad en su día a día, sus niveles de satisfacción aumentan significativamente, facilitando el florecimiento, ya que sus capacidades son aprovechadas al máximo sintiendo altos grados de logro y satisfacción en las tareas del día a día.
Aprender optimismo.
Quizás no te resulte algo tan familiar o amigable de trabajar, sin embargo, cultivar el optimismo podrá ayudarte a disminuir tu capacidad de sentirte indefenso ante las dificultades ¿Qué significa esto? Que cuando ocurran acontecimientos negativos, estos no nos afectarán de igual forma porque nuestra visión está orientada al “¿Qué podemos hacer al respecto?” y no en cómo ese problema nos impacta.
En el laboratorio, Seligman detectó que las personas que consideraban los acontecimientos negativos como “temporales y/o gestionables” presentaban altos niveles de resiliencia, al igual que aquellos que se veían afectados por rupturas amorosa y que manifestaban a terceros, palabras como: “todo mejorará pronto, puedo hacer algo al respecto y/o es solo una situación en particular”; que también podían recuperarse más rápido de sus caídas.
Lo bueno de seguir un plan de optimismo, es que es fácil de iniciar y mantener, ya que se puede aplicar de forma inmediata y los beneficios se notan también al primer minuto.
Una vez desarrollada la capacidad de hacer frente a eventos negativos, viene la gestión del optimismo la cual te permitirá aumentar tu capacidad de detectar oportunidades en tu día a día, disminuir los niveles de estrés y ayudar a tu cerebro a operar en positivo facilitando el florecimiento humano.
En resumen
El acto de florecer como seres humanos y percibirnos plenos con nuestra vida, no será casualidad, va a depender directamente de la forma en cómo hacemos frente a nuestras adversidades y el grado de conciencia que establecemos.
Es por esto que ser felices dependerá directamente de nuestras acciones y de nuestra disposición, sin importar el contexto.[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row]
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